Si, como plantea el historiador inglés E.P. Thompson, la conciencia se forma en la lucha, las movilizaciones de “yo soy 132” han comenzado un acelerado proceso de politización que va más allá de las exigencias democráticas alrededor de la elección.
En algún lugar de Michoacán desde abajo surge una energía, un movimiento, una rebelión, un levantamiento dicen ellos. Es para gritar que están hartos. Para decir ya basta. Son demasiados agravios:
La insubordinación está de regreso. La gente quiere gritar, participar, protestar, discutir, deliberar, actuar. Y quiere hacerlo de manera independiente como cuando gritan “El pueblo, unido, avanza sin partidos”. Algo pasa en Chile
La Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria (CRAC-PC) es una de las experiencias ejemplares de autoorganización colectiva más impresionantes de todo el país y quizá, del continente.
“Fuimos colonizados, fuimos reducidos a los elementos mínimos de sobrevivencia”; explica Héctor, y su mirada se queda concentrada como recordando el momento de la invasión del Ejército Chileno a territorio mapuche. “Fue el momento más desgraciado”
La autonomía se construye en los hechos en cientos de comunidades indígenas zapatistas en territorio rebelde. Algunos, han considerado a estos indígenas rebeldes como el “más importante movimiento antisistémico del mundo”
En las calles, en plaza Syntagma surge la rebelión de la gente común, que rápidamente se politiza frente a los engaños y el control de sus vidas como si fueran títeres por los banqueros, los poderosos de Europa y los gobiernos griegos, reducidos a gerentes administradores de Grecia. Algo pasa en plaza Syntagma en Atenas. Algo pasa en el mundo
Se han atrevido a decir lo obvio pero que apenas hace unas semanas parecía imposible escucharlo en los diarios y frente al emporio financiero. Hicieron lo que otros no se animaron, o no pudieron o simplemente pensaron imposible: señalar con sus cuerpos a banqueros, especuladores e inversionistas: el corazón del capital y del imperio; y el señalamiento ha sido severo: ¡culpables!.
La sociedad chilena está conmocionada por sus jóvenes estudiantes. No sólo porque han logrado reunir más de 200 mil personas en las protestas. La sociedad chilena está conmocionada porque estos jóvenes encabezan una oleada de inconformidad y resistencia en Chile como hace mucho no se veía en ese país