Gilly es un hacedor de historias cuya argamasa es la política de los subalternos: las luchas de los de abajo siempre contradictorias, siempre inconclusas, siempre limitadas, pero siempre iluminadoras del mañana.
DARK es más que un intrincado nudo de viajes en el tiempo, es el vehículo para reflexionar sobre el tiempo y el hombre y sobre todo, la dialéctica delirante de controlar el tiempo, y a su vez el paso del tiempo sobre el hombre. Nosotrxs mismos nos hemos metido en esta tragedia, en este infierno ¿o no son nuestras propias acciones las que nos condujeron a este delirio repetitivo de la historia?
El espectador poco atento cree que no hay una historia, y el crítico de la explotación cree insuficiente esa denuncia. No logran mirar que el cúmulo abrumador de esas microdominaciones ata, esclaviza, atrapa a la protagonista por su condición femenina, étnica y de clase. A Cleo le robaron la vida, y ella misma lo ha normalizado.
El tipo de vínculo y práctica alrededor de la tierra y el agua no es el de la propiedad sino del derecho de uso de un bien común. La relación creada por los participantes entre sí y con relación a estos bienes no reviste carácter privado-mercantil, pero tampoco público-estatal. Es común.
La atracción decisiva de El Juego de Tronos, radica en la satisfacción de mirar casi de manera depravada el verdadero funcionamiento del poder, una versión retorcida, un espejo desagradable y deformado de nuestra propia realidad política. No hay una ruta de esperanza sino que todas nos conducen de una u otra forma al laberinto infinito de la ambición de la dominación.
Ellas, en esas calles del centro histórico, en Circunvalación, Corregidora, Santo Tomás o Carretones, esperan a un cliente, pero también, de manera inusitada, inesperada y sorprendente…se organizan y luchan.
Cherán representa la maduración siempre experimental y abierta del viejo sueño del autogobierno. Cherán K’eri representa uno de esos procesos luminosos donde se despliega otra cosa, otra forma de lo político que pone al mundo patas arriba.
Acapatzingo como algunas otras experiencias urbanas bien destruyen la preconcepción de que en la ciudad es imposible la democracia asamblearia y el vínculo comunitario. Aún en medio de sus evidentes limitaciones es una ventana para mirar posibilidades emancipatorias.
La estrella zapatista entonces, tiene cinco puntas: el alzamiento, su palabra, el movimiento multitudinario que provocaron, su ejercicio de la autonomía y su proyecto de liberación, de emancipación. La estrella zapatista, a 20 años, sigue brillando.