#yosoy132 ha irrumpido en la escena política nacional de 2012, haciendo lo que los subalternos hacen cuando comienzan a dejar de serlo: constituirse como sujetos políticos. Entender a este sujeto colectivo polimorfo, diverso, contradictorio, es tarea esencial para comprender los siguientes pasos de las luchas subalternas en México. Aquí, algunas notas desde el horizonte interno del movimiento para ello.
Sangre por dinero. Una guerra por mercancías. Una guerra de mercados. De quienes venden y compiten entre sí y entre quienes les ayudan y quienes los persiguen. En medio, la gente, el pueblo que pone a lo muertos.
Si, como plantea el historiador inglés E.P. Thompson, la conciencia se forma en la lucha, las movilizaciones de “yo soy 132” han comenzado un acelerado proceso de politización que va más allá de las exigencias democráticas alrededor de la elección.
La insubordinación está de regreso. La gente quiere gritar, participar, protestar, discutir, deliberar, actuar. Y quiere hacerlo de manera independiente como cuando gritan “El pueblo, unido, avanza sin partidos”. Algo pasa en Chile
La fase de ascenso en la movilización indígena en México que corresponde a la vez a una etapa de emergencia de insubordinación y antagonismo en demanda de autonomía y reconocimiento de los derechos indios en Latinoamérica ha terminado. En el continente, la aceleración e intensificación de la acumulación por desposesión de un modelo extractivista expoliador ha provocado una nueva fase de lucha representada en la defensa de la tierra, el territorio y los bienes naturales
En las calles, en plaza Syntagma surge la rebelión de la gente común, que rápidamente se politiza frente a los engaños y el control de sus vidas como si fueran títeres por los banqueros, los poderosos de Europa y los gobiernos griegos, reducidos a gerentes administradores de Grecia. Algo pasa en plaza Syntagma en Atenas. Algo pasa en el mundo
Se han atrevido a decir lo obvio pero que apenas hace unas semanas parecía imposible escucharlo en los diarios y frente al emporio financiero. Hicieron lo que otros no se animaron, o no pudieron o simplemente pensaron imposible: señalar con sus cuerpos a banqueros, especuladores e inversionistas: el corazón del capital y del imperio; y el señalamiento ha sido severo: ¡culpables!.
Las prácticas emancipatorias de varios movimientos sociales contienen en sí mismas un cuestionamiento radical antisistémico. Estas prácticas prefigurativas, embrionarias, incipientes, son las piezas sueltas diseminadas por todo el orbe para superar el capitalismo.