En lugares lejanos del estado de Guerrero, los pueblos primeros, los más antiguos, los pueblos originarios construyen a diario un proyecto para defender su cultura y sus derechos. Cada mañana uno puede ver a las mujeres del pueblo amuzgo entrar en una pequeña pero digna cabina radiofónica, tomar los micrófonos y apoyadas por un equipo de producción de indígenas, decir en su propia lengua: “Están escuchando Radio Ñomndaa, la palabra de agua”….
Radio ñomndaa lucha y resiste. Lucha por la palabra. Los pueblos indígenas amuzgos organizados en una docena de comités por barrio y por comunidad en la radio, definen a Radio Ñomndaa como “una radio comunitaria, indígena, independiente del gobierno (que) no depende de ningún partido político ni religión. Es el ejercicio, en los hechos, de nuestro derecho como personas y como pueblo indígena a la comunicación, a la libre expresión de las ideas, a la información; a valorar, fortalecer y difundir nuestra cultura; y a reconocer y respetar la diversidad cultural de la región Costa Chica. La palabra que se difunde en esta emisora es clara como el agua y pretende fortalecer las raíces de nuestras culturas.”
Y es que como en todo el continente, la frecuencia radial se ha convertido en forma de organización y de lucha, cientos, quizá miles de radios comunitarias, alternativas y libres han surgido en todos los rincones de todas las latitudes y altitudes como una poderosa arma de los pueblos: la palabra. Sin recursos ni financiamientos de gobiernos ni empresas, la gente organizada en toda la década ha tomado la comunicación en sus manos, a partir de la autoorganización. Los procesos de creación, gestión, conducción y producción informativa gestionada desde abajo, crea otra manera de informar y comunicar: va siendo también camino de aprendizaje y organización comunitaria. Radio Ñomndaa dice al respecto:
“En este tiempo nos hemos dado cuenta que es posible utilizar esta herramienta para fortalecer nuestra cultura, para conocer y reconocer nuestra historia común de marginación y resistencia al exterminio; también para conocer la historia colectiva de los pueblos que luchan y se rebelan ante el poder (…) En estos años nos hemos dado cuenta que es posible otra manera de comunicarnos, sobre todo es muy necesario. Nos hemos dado cuenta que este medio permite platicarnos lo que nos pasa, nos ha permitido reflexionar el porqué de las injusticias que padecemos, también ha posibilitado el ponernos de acuerdo hacia dónde podemos caminar juntos.”
La radio ha sido construida con trabajo voluntario colectivo (tequio) y con la participación de los pueblos reunidos en asambleas y comités. La radio funciona con una fuerte presencia de las mujeres indígenas a través de programas como Mujeres de Xochistlahuaca. Es un espacio para hablar de salud, de los derechos de las mujeres y los niños, de problemas intrafamiliares y de tradiciones culturales vigentes o que se están perdiendo. El programa en español y en ñomndaa, busca la participación activa de las mujeres. No siempre son las presentadoras del programa las que eligen los contenidos, a veces las mismas mujeres se acercan para proponer los temas que quieren escuchar en la radio o las coordinadoras del programa van a hablar con ellas para que se escuche su voz.
Pero aún más, la palabra en amuzgo ayuda a la organización comunitaria y también a la defensa de los ríos y los bienes naturales de la región, amenazados por los proyectos empresariales. La palabra transparente de la radio, habla de los derechos de los pueblos indios, de la realidad de otros pueblos y de quienes en las ciudades también luchan como ellos. La radio, frente a los ataques de quienes no desean que este proyecto continúe, ha sido defendida por la comunidad entera que ha salido a defender su radio.
Radio Ñomndaa es un ejemplo brillante de lo que abajo sucede: la gente común está haciendo cosas extraordinarias, demostrando cada día que la gente organizada puede gestionar la comunicación sin necesidad del lucro y la ganancia, pero también sin necesidad de los gobiernos. Demostrando que la gente puede gestionar lo común y las necesidades propias como comunicarse, defender su lengua, reproducir y enriquecer sus culturas y sus modos de vida. Demostrando que cuando los de abajo toman la palabra y se organizan pueden construir lo que parecen meros sueños. La radio es parte de un proyecto de vida, de autonomía de los pueblos, que a diario, desde sus micrófonos construye la esperanza de que está surgiendo un mundo nuevo.