El 1 de diciembre de 1997, Lumaco, una pequeña población en el sur de Chile, en la llamada Araucanía, amaneció bajo el humo de tres camiones incendiados. Habían sido quemados por comuneros mapuche. Comunidades indígenas habían realizado una recuperación de territorios ancestrales después de años de reclamos sin solución. Los camiones pertenecían a la empresa forestal Bosques Arauco que, como en casi toda la Araucanía, explota los bosques usurpando y ocupando tierras que los mapuche reivindican como suyas. El diario El Mercurio habló de un nuevo Chiapas en la Araucanía; El diario La Tercera se preguntaba: “¿Chiapas chileno?”. El gobierno también reaccionaría con fuertes declaraciones, considerando la protesta como una acción subversiva, infiltrada por agentes guerrilleros.
Año y medio más tarde, se anunciaba la formación de la Coordinadora de Comunidades en conflicto Arauco- Malleco (CAM). Se abría una larga fase de antagonismo e insubordinación por la tierra y la autonomía, que significó una bifurcación en el movimiento mapuche contemporáneo. Inflexión protagonizada centralmente –aunque no de manera exclusiva- por el movimiento de recuperación de tierras ancestrales impulsado por la Coordinadora. Este trabajo intenta narrar esa historia y, en especial, comprender, interpretar y aprender de dicha rebeldía, enmarcado en la lucha contra las grandes empresas extractivas, la conflictividad socioambiental en América Latina y la defensa etnoterritorial de los pueblos indígenas, de su historicidad y de sus propias formas de gobierno, contra el colonialismo interno de nuestras naciones.
“El trabajo de César Enrique Pineda aporta un grano de arena, al revisar con rigurosidad los momentos de alza y caída de una de las organizaciones más importantes que se dio el pueblo mapuche en su hermosa y fecunda historia. ¡¡Marrichiweu!!”
Raúl Zibechi. Periodista. Uruguay.
“El trabajo de César Enrique Pineda es un acercamiento comprometido, profundo y riguroso a la comprensión del pueblo-nación mapuche, de su construcción y re-construcción”
Fernanda Paz. Investigadora del Centro regional de Investigaciones Multidisciplinarias.
“Un estudio riguroso y original que contribuye al conocimiento de los procesos políticos indígenas y de la historia del movimiento mapuche en Chile. Ofrece reflexiones de alcance general que retroalimentan los planteamientos teóricos que atraviesan el trabajo de investigación. Un trabajo realmente sobresaliente.”
Massimo Modonesi. Historiador y Sociólogo. UNAM.
El libro de Cesar Enrique Pineda, Arde el Wallmapu: autonomía, insubordinación y movimiento radical mapuche en Chile, es singularmente relevante en el ámbito de las investigaciones en torno a movimientos sociales, pueblos originarios y procesos autonómicos.
La obra constituye un riguroso, fundado, comprometido y logrado esfuerzo teórico-empírico por adentrarse en una de las experiencias de lucha indígena más avanzadas y congruentes del continente:
la de la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM), movimiento del pueblo mapuche que, entre 1997 y 2003, protagoniza un proceso de disputa de tierras ancestrales y reivindicación de autodeterminación y autonomía, en una intensa confrontación con el Estado chileno, latifundistas y corporaciones trasnacionales. El trabajo, señala Pineda, «Intenta narrar esa historia y, en especial, comprender e interpretar dicho proceso de insubordinación (…) El ciclo de insubordinación, antagonismo y proyecto emancipatorio abierto por la Coordinadora Arauco Malleco constituye (su) eje conductor.»
El autor se plantea un objetivo doble: por un lado, «recuperar, sistematizar y narrar la historia…(de) un actor colectivo sumamente polémico tanto para el propio movimiento mapuche como para la intelectualidad chilena; un sujeto demonizado por los medios de comunicación, categorizado como terrorista, grupo radical o subversivo por el Estado y los grupos dominantes de Chile.» Por el otro lado, se busca comprender, afirma Pineda, «como se produce socialmente el fenómeno de la insubordinación; por entender las formas, modos tiempos, pasos, potencias y límites de las clases, etnias y pueblos subalternos en la construcción de su disposición a luchar.»
Se intenta «comprender los complejos procesos de producción de rebeldía e insubordinación, así como su posterior estabilización y disciplinamiento,» ya que el Estado chileno, –destaca Pineda–, responde a este movimiento, «con un agresivo y sofisticado proceso de desarticulación, de contención, de contrainsurgencia social y represiva que, entre 2003 y 2009, provocaría la contracción y el debilitamiento de la movilización mapuche y, posteriormente, el cierre del ciclo de lucha por la tierra y la autonomía, al ser encarcelados sus lideres, quienes fueron condenados de manera definitiva en 2011.»
El libro inicia con un prólogo de Raúl Zibechi, que es, en sí mismo, un reconocimiento a la valiosa aportación de Pineda; «un trabajo de años», afirma, «en el cual la experiencia directa, el conocimiento de las personas, comunidades y geografías, es uno de los aspectos más notables de una investigación comprometida y en absoluto neutral.»
Dividida en dos partes, una suerte de introducción, seis capítulos, reflexiones finales, extensa y actualizada bibliografía, y más de una docena de entrevistas claves, la obra trata en su primer capitulo sobre la situación del pueblo mapuche en Chile, el proceso extractivista, el colonialismo interno y la interpretación que de ello hacen las dirigencias de la CAM. El capitulo dos se centra en los entramados comunitarios mapuche, el despojo y las experiencias que crean las condiciones y motivaciones para luchar por la tierra y la autonomía y se analizan las militancias y dirigencias de la CAM. El capítulo tres describe la acción colectiva radical, que Pineda denomina «Newen Mapuche, la fuerza de un pueblo.» El capitulo cuatro versa sobre la discusión en torno a la autonomía, la libre determinación de los pueblos, «o, incluso, el separatismo y la independencia, sobre los etnonacionalismos y el Estado liberal chileno.» En el capitulo cinco, se narra y analiza el control de la insubordinación, la reacción conservadora y la gobernanza neoliberal, la respuesta brutal del Estado chileno y las clases dominantes para recuperar el orden establecido. En el capitulo seis, «Resistencia. La lucha continua.», se hace un balance del movimiento mapuche y la Coordinadora frente al Estado chileno contemporáneo.
Pineda aclara, que su investigación tiene un fuerte componente testimonial, «que se explica desde un enfoque sociohistórico construido a partir de largas y numerosas entrevistas realizadas con presos mapuches en la cárcel y con activistas entrevistados en sus comunidades, el cual se contrasta y se pone en dialogo con lo expresado por varios historiadores y especialistas chilenos.» A ello se suma, una extensa investigación hemerográfica y las correspondientes interpretaciones teóricas que proveen la base analítica de lo investigado.
Coincido plenamente con Pineda en cuanto a que uno de los principales aportes de su investigación radica no solo en la reconstrucción de la historia de la CAM, «sino, en especial, haber tratado de comprenderla desde adentro, desde la lucha social, desde la perspectiva de los de abajo.»
El autor investiga, asimismo, junto con la política represiva del Estado chileno, «las contradicciones internas del movimiento y la CAM (para) aprender de las lecciones que deja su propia historia, comparar los paralelismos entre su lucha y la de otros procesos sociales, y en particular, reflexionar sobre los límites que se presentan en la defensa del territorio, así como los alcances y las contradicciones de la violencia política.»
A partir de nuestras propias experiencias de estudios comparativos entre diversos procesos autonómicos en América Latina, en el Proyecto Latautonomy, coincidimos con Pineda en el sentido de que «la disputa por la tierra, el territorio y los bienes naturales, así como la autodeterminación, la autorregulación social y la autonomía, son luchas decisivas de nuestro tiempo.» .
Igualmente, me parecen muy acertadas las reflexiones finales de una obra cuyos alcances informativos e interpretativos van más allá de esta breve reseña, en el sentido de que: «los entramados de parentesco, relaciones, afectivos, etnoproductivos, espirituales, simbólicos y materiales, con base en la forma social «comunidad», están activándose y reactualizándose con los proyectos políticos indígenas, como resistencia y freno de las invasoras relaciones expansivas de la forma social «capital», pero también como aspiración y práctica emancipatoria.» Totalmente de acuerdo en que, en los procesos autonómicos contemporáneos, los sujetos que los protagonizan sufren «verdaderas metamorfosis» en sus relaciones sociales, que los potencian como sujetos de cambio, como sujetos políticos «otros». Asimismo, hay coincidencia plena en la reflexión conclusiva acerca de que: «Los movimientos de los pueblos originarios han generado multiformes y complejos procesos de activación comunal que, a la vez, recuperan, recrean y transforman las relaciones de reciprocidad, cooperación, apoyo mutuo y trabajo colectivo, en movimiento societal antagónico y emancipatorio.»
Resulta gratificante que, en un entorno académico hegemonizado por el productivismo puntillista y las investigaciones extractivistas, se produzcan y se publiquen libros como el que hoy presentamos. Felicitaciones a Cesar Enrique Pineda por escribir este excelente instrumento teórico para la lucha abajo y a la izquierda
Gilberto López y Rivas. Doctor en antropología por la Universidad de Utah. Profesor investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
A finales de la década de los setenta, Orlando Fals Borda se preguntaba ¿cómo investigar la realidad social para transformarla? El lector o la lectora de Arde el Wallmapu. Autonomía, insubordinación y movimiento radical mapuche en Chile encontrará en sus páginas un ejemplo de aquello que Fals-Borda promovía y buscaba, una muestra de la potencia y el alcance explicativo de una investigación que además de rigurosa viene acompañada de una enorme sensibilidad política.
Arde el Wallmapu, obra prologada por Raúl Zibechi y coeditada por el Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la Universidad Nacional Autónoma de México (CIALC-UNAM) y por Bajo Tierra Ediciones, ofrece un recorrido por la historia reciente de la Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauca Malleco (1997-2011), a partir del cual César Enrique Pineda logra dar cuenta de la lucha del pueblo mapuche por la reconstrucción del Wallmapu, es decir por la recuperación de su territorio y por la restauración de la nación mapuche.
Tal y como se explica desde las primeras páginas, mapuche significa “gente de la tierra” y Wallmapu territorio ancestral del pueblo mapuche, en ese sentido, Arde el Wallmapu relata el nacimiento, despliegue y repliegue de la Coordinadora Arauco Malleco no como una mera descripción cronológica, sino como parte de un proceso de larga duración marcado por siglos de luchas precedentes, por la memoria del agravio como herida abierta, y por la asfixia provocada por el capital extractivista.
Para Pineda, el surgimiento de la Coordinadora es parte del enfrentamiento contra “la triple opresión” compuesta por: la reproducción del capital, la dominación étnico nacional y la inclusión subordinante que hace referencia a la desarticulación de la identidad y de la politicidad mapuche. En estos términos, el Wallmapu es el espacio de la reproducción simbólica y material de la resistencia, del antagonismo y de la emancipación; y la recuperación de tierras la posibilidad que el pueblo mapuche tiene para defender y hacer posible su propia historia. A partir de la contradicción irresoluble entre la reproducción de la vida del pueblo mapuche y la reproducción del capital es que se puede entender la radicalidad de la lucha de la Coordinadora y la ofensiva del Estado chileno contra el pueblo mapuche.
Un gran aporte del libro es la incorporación del diagnóstico que hacen los propios actores de su realidad, lo que permite una mirada más profunda a las dinámicas, fortalezas y contradicciones del movimiento. Este enfoque permite a su vez entender y ver en acción la política de los de abajo, la “infrapolítica” generada en los encuentros, en los quehaceres y en las preocupaciones cotidianas a partir de la cual se constituye la disposición a actuar.
Asimismo, Pineda logra dar cuenta de la diversidad de aristas de la lucha, lo que hace que el libro sea interesante para quien estudia el tema de las autonomías indígenas y su confrontación con los procesos de homogeneización o de inclusión subordinante de los Estados nación; para quien esté interesado en los movimientos sociales o para quien le preocupen los conflictos socioambientales asociados al ecologismo popular, es decir, es una obra que puede leerse en claves distintas.
Por otro lado, es un libro capaz de conmover, de indignar y de hacer que los lectores se identifiquen con los sujetos ahí representados, al tiempo que es un texto teórica y metodológicamente riguroso, lo cual es visible en el trabajo historiográfico, sociológico y hemerográfico, así como en la serie de entrevistas y testimonios que dan soporte a la investigación.
Arde el Wallmapu es, en los términos que usara Fals Borda para definir la investigación acción, una devolución sistemática y ordenada, pero no arrogante, de lo que sabe, vive, sufre y construye el pueblo mapuche.
Finalmente, cabe aclarar que esta breve reseña es sólo una mirada de las múltiples posibles desde la cual se puede leer e interpretar el libro, por tanto, más que una revisión exhaustiva es una invitación a explorar la complejidad del proceso y de la lucha del pueblo mapuche aquí retratada. Cualquier cosa aquí dicha sobre la obra no le hace justicia a su contenido.
Maritza Islas es Socióloga. Estudia el doctorado en Ciencias de la Sostenibilidad en la Universidad Nacional Autónoma de México. Integrante del Grupo de Trabajo “Cambio ambiental global, metabolismo social local” del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. Sus líneas de investigación son: extractivismo, cambio climático, y conflictos socio-ambientales.